- Los productores u organismos autótrofos: capaces de sintetizar materiales orgánicos complejos a partir de sustancias inorgánicas simples es decir, organismos capaces de producir su propio alimento. Auto, “a si mismo”; trophos, “nutrición”.
- Los fotótrofos los constituyen la mayoría de las plantas verdes y algas que emplean la energía solar para convertir elementos químicos relativamente simples, como el dióxido de carbono, el agua y nutrientes, en compuestos complejos (carbohidratos, lípidos y proteínas).
- Los quimiótrofos convierten los compuestos inorgánicos en energía, por ejemplo, las bacterias que viven en el fondo del mar alrededor de ventilas termales, las cuales utilizan la energía del hidróxido de sulfato para su nutrición.
Por medio de este
proceso, las sustancias minerales se destransforman en compuestos
orgánicos, aprovechables por todas las formas vivas.
- Los heterótrofos o consumidores son aquellos que comen partes de células, tejidos o materiales de desecho orgánico de otros organismos para su subsistencia. Obtienen la energía química necesaria en forma directa o indirecta de los autótrofos, y por tanto, de manera indirecta del sol.
- Los macro-consumidores o fagótrofos: heterótrofos, sobre todo animales, que ingieren otros organismos o fragmentos de materia orgánica. Ingieren partes y cuerpos enteros, vivos o muertos, de otros, de otros organismos; aquí se incluyen los herbívoros o consumidores primarios, los carnívoros o consumidores secundarios, y los omnívoros o consumidores terciarios.
- -Los micro-consumidores o sapótrofos: también heterótrofos, llamados descomponedores sobre todo hongos y bacterias, que absorben productos en descomposición de organismos muertos y liberan nutrientes inorgánicos que pueden utilizar nuevamente los productores. Incluye a los detritívoros o consumidores de detritus (materia orgánica en proceso de descomposición, partes de tejidos y desechos).
Niveles Tróficos
Esta organización de los
ecosistemas es válida tanto para los ambientes terrestres como para
los acuáticos. En ambos se encuentran productores y consumidores.
Sin embargo, los ecosistemas terrestres poseen mayor diversidad
biológica que los acuáticos. Precisamente por esa riqueza
biológica, y por su mayor variabilidad, los ecosistemas terrestres
ofrecen más cantidad de hábitats distintos y más nichos
ecológicos.
Como sistema
complejo que
es, cualquier variación en un componente del sistema repercutirá en
todos los demás componentes. Por eso son tan importantes las
relaciones que se establecen.
Los ecosistemas se estudian
analizando las relaciones
alimentarias,
los ciclos
de la materia y
los flujos
de energía.
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